La búsqueda del tesoro de Tom

Debía hacer al menos dos horas que caminaban. Las luces de la ciudad estaban lejos. Hacía mucho que las casas ya no se veían. Iban avanzando por el bosque mientras caía la noche. Tom se pinchaba con las espinas de los arbustos y le dolían las piernas.—¿Falta mucho, Tom? ¡Tengo sed!¿Por qué le había dicho a su hermanita que lo acompañara? Melisa tenía ocho años, no caminaba muy rápido, le tenía miedo a la oscuridad y a los ruidos del bosque. Ya habían hecho varias paradas. Melisa había oído serpientes, luego jabalíes y hasta monstruos... En realidad era Fox, su perro, que los había seguido. Al

You might also like…

Nouvelles
Nouvelles
Nouvelles