Translated by Alicia Martorell
Paula estaba terminando de lavar los platos del desayuno, mientras observaba divertida a herrerillos y camachuelos peleándose en el jardín por las miguitas de pan que acababa de tirar por la ventana.Casi hacía tanto frío en la cocina como fuera, pero ella estaba encantada a pesar de todo, como siempre. Era una niña de doce años, buena, valiente y siempre alegre, a pesar de todo lo que había tenido que vivir estos últimos meses.En verano, su padre había perdido el trabajo y seguía sin encontrar otro. Poco después, su madre se había puesto enferma y ahora estaba en el hospital. Su padre acababa